
La probabilidad de que una persona vieja esté razonablemente saludable y en buena condición y pueda evitar los efectos secundarios del envejecimiento, a menudo depende del punto hasta el cual haya seguido y continúe siguiendo las prácticas del estilo de vida saludable. Estas prácticas incluyen el comer moderadamente, ingerir los alimentos regularmente, evitar el colesterol, no fumar, no beber alcohol o beber moderadamente, evitar el consumo de drogas, manejar el estrés y hacer ejercicio regularmente.
El ejercicio es tan valioso en la vida de los adultos mayores como en las etapas más tempranas del periodo de vida, puesto que muchos de los cambios físicos asociados comúnmente con el “envejecimiento normal” ahora se piensa que son el resultado de la inactividad.

A pesar de que la mayoría de la gente de mayor edad es de buena salud, las condiciones médicas crónicas se vuelven más frecuentes con la edad y pueden causar invalidez. Las condiciones más comunes son la artritis, hipertensión, deterioros en la audición, enfermedades del corazón, las cataratas y deterioros en las piernas, caderas, espalda o espina dorsal. Por lo general la gente de edad avanzada necesita más atención médica que la más joven. Va al medico más a menudo y es hospitalizada más frecuentemente.
Salud oral
Los problemas dentales y de encías son comunes en la última etapa de la edad adulta. Sólo una pequeña parte de gente mantiene todos sus dientes hasta muy avanzada su edad. La pérdida de éstos tiene serias implicaciones para la nutrición. La gente con dentadura deficiente o que le faltan dientes encuentran muchos alimentos inapetitosos y difíciles de masticar, como resultado, ingieren menos o se cambian a comidas más suaves que a menudo son menos nutritivas.

La salud oral esta relacionada con la combinación de una estructura dental innata y hábitos de alimentación y salud oral vitalicios.
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